El siguiente artículo ha sido escrito por nuestro paisano y hermano José Manuel Frías Raya:
Se te quiere en muchos sitios,
en muchos lugares se te ama,
pero en pocos sitios y lugares
tanto como en Periana.
Un año más, el 15 de mayo, Periana ha vuelto a vibrar con San Isidro. Un año más, promesas, tradición y devoción se han configurado para que llueva trigo en Periana. Un año más, los perianenses que viven en el pueblo, muchos de los que lo hacen fuera de sus lares y los foráneos que acuden atraídos por la singularidad de nuestro sentir isidril, han conseguido que las calles de Periana se vuelvan a quedar pequeñas para acoger a las miles de personas que transitaban por ellas. Un año más, los hijos de Periana han vuelto a demostrarle a San Isidro lo mucho que le quieren, cariño que permanecerá inalterable mientras que el mundo exista. Un año más, paisanos que hacía mucho tiempo que no se veían, han vuelto a reencontrarse en su pueblo, gracias a San Isidro. Y un año más, los perianense que viven fecha tan señalada lejos de Periana, habrán dejado escapar alguna lágrima al revivir en la distancia el día de San Isidro.
Para un hijo de Periana
no hay nostalgia más amarga
que pasar el día del Patrón
lejos del pueblo que ama.
San Isidro Bendito
hazme un milagro:
cuando no esté en Periana,
quita el quince de mayo
de mi calendario.
Cada pueblo a su nombre añade unos apellidos que le identifican, en el caso de Periana son aceite verdial y duraznos, a los que hay que añadir el de San Isidro. Decir Periana es decir San Isidro. Periana no se concibe sin San Isidro.
San Isidro y Periana.
Periana y San Isidro.
Binomio vitalicio
por los siglos de los siglos.
Tengo la plena seguridad que en un porcentaje muy elevado de los hogares de Periana y de los hijos del pueblo que tienen fijada su residencia en otros lugares de España o del mundo –independiente de ideologías políticas o creencias religiosas-, hay, al menos, una estampa de San Isidro. Para los hijos de Periana San Isidro es uno más de la familia. Y al igual que solemos tener colgada de la pared, enmarcada en un portafotos o guardada en algún cajón una fotografía de los seres queridos que ya no están entre nosotros, lo mismo hacemos con San Isidro.
San Isidro es un sentimiento
que los hijos de Periana
llevamos en nuestros genes.
Y vivamos donde vivamos.
Y pensemos como pensemos.
Nos acompañara a todos
hasta el día de nuestra muerte.
Un año más, llevado por sus anderos, San Isidro ha vuelto a pasear por las calles de Periana. Un año más, repique de campanas, cohetes y música han acompañado su recorrido. Un año más, se ha cantando el himno al excelso Patrono. Un año más, el trigo convertido en lluvia ha caído generosamente desde los balates, balcones, ventanas y azoteas del pueblo. Un año más, las gargantas han enronquecido gritando una y otra vez: ¡Viva San Isidro! Un año más, en la plaza de la Fuente no cabía un alfiler. Un año más, las promesas han sido cumplidas siguiendo al Santo con los pies descalzos o velas en las manos. Un año más, la emoción se ha desbordado y de miles de ojos han brotado lágrimas al contemplar la imagen de San Isidro. Y un año más, tradición, devoción y sentimiento se han dado la mano para procesionar a San Isidro, durante más de diez horas, por las calles del pueblo. Si no eres perianense ni has tenido la dicha de acudir a Periana en fecha tan memorable, puedes pensar que exagero en mi apreciación. No es esa la verdad ni mi intención. La procesión de nuestro San Isidro puede tardar ese tiempo y más en efectuar un recorrido que apenas alcanza los dos kilómetros. La razón es la siguiente: el trono del Santo en la puerta de la Iglesia puede estar detenido dos y tres horas, recibiendo ofrendas de trigo desde el balate de la misma. Parándose durante su recorrido por las principales calle del pueblo en decenas de balcones, ventanas y azoteas para que siga lloviendo trigo sobre él. Algún año, el trigo ofrendado al Santo Labrador llegó a superar los 40.000 kilogramos.
Trigo para el Labrador.
Trigo para San Isidro.
Trigo para el Patrón.
En Periana llueve trigo
Relacionado con lo anteriormente expuesto se me acaba de ocurrir una idea peregrina: la procesión de San Isidro en Periana podría figurar en el libro GUINNESS de los récords como la más lenta del mundo, ya que en recorrer apenas dos kilómetros tarda más diez horas. Posiblemente este desvariando, pero todo tiene su explicación: son las tres y media de la madrugada del sábado 16 de mayo de 2015, acabo de regresar de Periana y me he situado delante del ordenador para escribir la crónica que le prometí a mi admirada Gema Frías Luque.
El año que viene, un año más, volverá a revivirse el rito. San Isidro volverá a procesionar por la calles de Periana. Volverá a llover trigo. Volverán a pagarse las promesas contraídas. Las calles del pueblo volverán a quedarse pequeñas y miles de personas volverán a ser participes de una tradición, una devoción y un sentimiento único que singulariza a Periana. Y el año que viene, al igual que éste, unos dirán que el 15 de mayo, día de San Isidro, Periana sabe a Dios y otros que a Gloria. Yo creo que Periana, todos los días del año, sabe a San Isidro.
POSDATA: Dos ha sido las novedades que este año se han
podido observar en la procesión de San Isidro. Teniendo ambas nombres de mujer.
1.- Santa María de la Cabeza, esposa de
nuestro Santo Patrón, recibió a su marido en la hornacina situada en la Plaza
de la Fuente.
2.- Mercedes Calvo Ruiz, que ha pasado
a formar parte de nuestra pequeña historia local, al ser la primera mujer que
ha metido el hombro bajo el trono del Santo para sacarlo en procesión.